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¿Alguna vez te has preguntado si un residuo en particular podría resultar peligroso? Los residuos peligrosos son aquellos que conllevan riesgos tanto para la salud como para el medio ambiente. Para conseguir una adecuada gestión de residuos, el primer paso consiste en saber identificarlos correctamente en función de los protocolos establecidos para su reciclaje.

Por eso, en este artículo queremos explicarte cómo puedes identificar los residuos peligrosos para poder gestionarlos con responsabilidad y seguridad.

La gestión de residuos peligrosos

Existen cientos de residuos peligrosos diferentes, y cada uno requiere de un proceso de tratamiento específico. Los residuos peligrosos, debido precisamente a los riesgos que conllevan, nunca deben ser depositados en los contenedores habituales de reciclaje, sino que deben ser recogidos y tratados por profesionales que cuentan con la formación adecuada.

Además, para evitar daños personales y también la contaminación del entorno, la gestión de residuos peligrosos debe realizarse utilizando herramientas y materiales de trabajo específicos, de forma que se garanticen los protocolos de seguridad, en función de la naturaleza del tipo de residuo en cuestión.

¿Cómo saber si un residuo es peligroso utilizando el código LER?

La forma más sencilla de saber si un residuo es peligroso  es comprobando la Lista Europea de Residuos (LER), publicada en la Decisión 2014/955/UE. Esta lista recoge y clasifica la naturaleza de todos los residuos dentro de la Unión Europea.

La Lista de Residuos Europea utiliza una serie de protocolos para clasificar los residuos en función de los procesos de los que están derivados, así como de los materiales resultantes.  Cada uno de los residuos recogidos en la lista cuenta con código de seis cifras -llamado código LER-, y además indica si el residuo es peligroso o no lo es a través de su señalización con un asterisco (*) de la siguiente manera:

  • Código con (*): Residuo peligroso
  •  Código sin (*): Residuo no peligroso

De este modo resulta bastante sencillo saber si la gestión de residuos debe hacerse teniendo en cuenta su especial peligrosidad o no.

Sin embargo, hay una excepción a esta norma, se trata de los llamados “códigos espejo”. Estos códigos se utilizan en la referencia de dos residuos aparentemente iguales, pero que pueden contener sustancias diferentes que los hagan peligrosos, por lo que, en estos casos, es necesario conocer su composición para determinar si se trata de residuos peligrosos o no.

En definitiva, estos son los pasos que se deben seguir para determinar si un residuo es peligroso y necesita una gestión de residuos especial.

  1. Identificar el residuo y localizar el Código LER en la Lista de Residuos Europea. Una vez que lo tenemos, pueden darse 3 casos diferentes.
  2. Que el residuo no contenga un asterisco y se trate de un residuo no peligroso. En tal caso, no es necesario seguir protocolos adicionales, y se puede proceder a su reciclaje.
  3. Que el residuo se corresponda con un código LER marcado con un asterisco, y por tanto indique su naturaleza de residuo peligroso. En este caso, la gestión de los residuos debe hacerse a través de una empresa u organismo autorizado.
  4. Que el residuo se corresponda con un código espejo. En este caso, es necesario determinar la composición del residuo, y realizar los análisis pertinentes para determinar su peligrosidad, y si es apto para el reciclaje.

Recuerda que, garantizar la adecuada gestión de los residuos es una responsabilidad que compartimos toda la sociedad para mantener nuestro entorno saludable y seguro.

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